

Dice el diccionario de la RAE que precoz es la persona que tiene unas cualidades intelectuales más desarrolladas o se comporta de forma más madura de lo que le correspondería por su edad. Por eso no hay un solo niño que no esté orgulloso de que lo califiquen como un alumno precoz, un músico precoz, un lector precoz, una inteligencia precoz…
Pero ¿qué pasa cuando este adjetivo calificativo aparece años más tarde, asociado a la actividad sexual y, más concretamente, a la eyaculación? (Aquí entraría en juego la segunda definición de precoz del diccionario: algo que ocurre o sucede antes del tiempo que se considera habitual o necesario). En definitiva, hablamos de “expulsar el semen demasiado rápido” durante la relación sexual.
La EP, como se conoce en el entorno médico, es un trastorno sexual común en hombres menores de 40 años, que la Asociación Americana de Urología (AUA, 2000) define como «eyaculación que ocurre antes de lo deseado, justo antes o poco después de la penetración, causando angustia a uno o ambos miembros de la pareja”.
Profundizando un poco más en la definición, la Sociedad Internacional de Medicina Sexual (ISSM) la considera «una disfunción sexual masculina caracterizada por la liberación temprana de semen, que ocurre siempre o casi siempre antes o dentro del primer minuto de penetración vaginal, y la incapacidad de retrasar la eyaculación en todas o casi todas las penetraciones vaginales.
Son de sobra conocidas sus consecuencias -angustia, incomodidad, frustración, ansiedad, vengüenza e incluso la evitación de la intimidad sexual- pero, ¿se conocen realmente las causas de este trastorno que sufren 1 de cada 5 hombres?
En general, podríamos estar hablando de causas psicológicas, orgánicas y/o conductuales. El EP puede estar asociado a uno de estos factores o a una combinación de varios de ellos. Cada caso es diferente, y -ahora viene la buena noticia- para todos ellos existen tratamientos específicos y medicamentos que se utilizan para prolongar el tiempo de latencia evacuatorio intra-vaginal y, por tanto, para aumentar el control y la satisfacción sexual de hombres con este trastorno.
¿Próximos pasos para solucionar el problema sexual más común entre la población masculina y, sin embargo, el más infradiagnosticado e infratratado? Algo tan sencillo como acudir a consulta médica, someterse a un análisis, obtener un diagnóstico y, finalmente, seguir el tratamiento que conseguirá mejorar nuestra vida sexual y, como consecuencia de ello, nuestras relaciones sociales.
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